¡Aquel tiempo tan feliz en que éramos tan desgraciados!

Publicado en por kaaba.over-blog.es

Calella sábado 05 de mayo.

¡Aquel tiempo tan feliz en que éramos tan desgraciados!

 

C

cuando Cesar llego a la calle los vecinos comentaban los

sucesos

—Dos hombres han intentado matar a una mujer pero ha conseguido huir por detrás de ese garaje (señalando la caseta Donde estaban los containeres de la basura) y ha subido por la ladera de la montaña la seguí con la mirada pero la perdí de vista cuando se interno entre los árboles.

 

Una fina pero intensa lluvia empezó a caer. Es posible que esto borre el rastro. Pensó Cesar.

Un policía localizaba dos casquillos de bala en el suelo  recien disparados que ya no estaban calientes. El reguero de sangre indicaba el camino había seguido la chica. Sin embargo, en apariencia nadie parecía buscarla.

 

Un taxista mantenía una discusión con un turista ingles porque no le permitía subir al coche. El turista aprovechando la presencia de los policías estaba lanzando pestes de la gente que habitaba esa zona. Nadie se le acercaba más bien le evitaban ya que sus ropas llenas de salpicaduras desprendían un olor agrio muy desagradable. Nadie le iba a convencer para permanecer un minuto más en esa localidad. La mayoría de la gente no le entendía pero sabían a que venía ese tipo de turismo y como acababan sus fiestas.

El teléfono sonó.

 

—Cesar soy Sergi llama al ascensor para que baje, pero no lo esperes, ves al pueblo y compra el medicamento que ha dicho Pilar.

Nadie prestó atención a Cesar todo el mundo tenia otros entretenimientos mejores que el.

Cesar doblaba la esquina del edificio cuando el intercomunicador de un policía se activó.

 

—“PIRULÍ”… GGRRRR A VER QUE VENGA LA AMBULANCIA AL PORTAL SIETE. HEMOS ENCONTRADO UNA MUJER INCONSCIENTE. PARECE QUE ESTA GRAVE.

 

Tres coches de bomberos y dos ambulancias dejaban la N-II para entrar al complejo de apartamentos Codina.

 

El grupo continuaba en la terraza habían corrido unas cortinas de lona para no llamar la atención de los habitantes de los apartamentos vecinos.

 

—En cuanto vuelva Cesar tomaremos la medicación y nos iremos. Ahora tengo que informar a Ángel de lo sucedido.

Joan se separó de sus compañeros y se introdujo en la sala del apartamento que ya estaba completamente ventilada para ganar intimidad. Todos se miraban unos a otros y nadie hablaba. Tenían miedo pensaban en sus familias lo cerca que habían estado de morir. Habían idealizado la aventura, el peligro era algo intangible. La realidad se había presentado con un peligro tan denso que se podía moldear, la aventura pronosticaba tragedia desde el inicio.

 

Tras unos minutos Joan salio a la terraza su cara anunciaba malas noticias.

 

—Tengo nuevas instrucciones. Debemos abandonar el apartamento inmediatamente. Aquí no puedo garantizar vuestra seguridad. Ángel y yo pensamos que lo mejor será que salgamos todos del país. Iremos a Israel allí estaréis a salvo.

 

—No vamos a ir a ningún sitio. Pilar la primera en anunciar su disconformidad

 

—No tenemos dinero ni para poder pasar está noche en un hotel. Cómo pretendes que lleguemos a Israel.

Añadió Francisco. Sergi también tenía su opinión.

 

—No es tan fácil entrar ir a Israel, no es como ir a pasar la tarde a Andorra.

 

—No sabemos exactamente que quieren pero han demostrado que no les importa vuestra vida y que están dispuestos a acabar con quien se interponga a sus objetivos. El gas con el que hemos sido atacados no está al alcance de algún particular y tampoco de alguna organización que lo quiera comprar, se sabe que existe pero al igual que otras muchas armas químicas o biológicas nadie reconoce tenerlas. Alguien con ese poder no tendrá ningún problema en conseguir lo que pretende. Opino que si desaparecéis del mundo por unos días quizás Ángel mientras tanto pueda averiguar lo que está pasando.

— ¿Pero porque ir a Israel—? Pregunto Francisco.

 

—Porque es un estado blindado con el alto nivel de seguridad que se requiere en estos momentos, y el entrar en su territorio es un filtro que no todo el mundo supera.

¿Y nosotros, como pasaremos el filtro?

 

—Tu Pípi y todos los demás entraréis conmigo para realizar un curso de autoprotección para ejecutivos en el centro dónde trabajo.

 

— ¿Y el dinero—? Pregunto Francisco.

 

—De eso se encarga Ángel.

Joan cogió un sobre del bolsillo lo abrió y saco dos tarjetas tipo visa.

 

—En el sobre están apuntadas las claves. Comprar lo que consideréis necesario.

 

— ¿Lo teníais preparado sabias lo que iba a pasar? Dijo Pipi.

 

— No, solo que en mi trabajo: el azar es previsible.

Cuando acabo de repartir las tarjetas volvió a meterse la mano en el bolsillo, saco dos llaveros, mientras se los entregaba a Pilar añadió.

 

—Reserve dos habitaciones para Ángel y para mi Ocuparlas vosotros.  Si necesitáis otra habitación para Cesar usad las tarjetas. Salimos mañana a las siete de la mañana nos veremos a las cuatro en la cafetería del hotel. Ahora debo acabar unas gestiones. Pilar le dio un llavero a Sergi.

 

—Hotel Bernat II, no está lejos. ¿Vamos?

Bernat-II.jpg

 

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